lunes, 1 de octubre de 2018

AÚN NO CAE...

En este país uno vive en estado de perplejidad(*) permanente. Asaltados como estamos a diario por noticias y hechos que rizan el rizo de la corrupción, de la idiotez o del despropósito, el pasmo se impone como reacción narcotizante y nos propone una salida que tomamos para no caer en  el cabreo constante, cercano ya a la somatización que deriva en úlcera estomacal: me refiero a la carcajada, al chiste fácil, a la astracanada, a la "admiración" por las caras duras, a la duda peremne de que estemos viendo algo verdadero y no resultado de un show de Truman o de una cámara oculta a nivel planetario.
Los constantes desfiles de "másteres" falsos, ataques a troche y moche, recalificaciones varias, paraísos fiscales, sociedades sospechosas, evasiones de impuestos, políticos/as irresponsables que juegan con maquinitas mientras niegan el pan y la sal para los demás, economistas neoliberales que siembran la incertidumbre con ánimo de crear el caos, tertulianos iletrados que imponen "su" verdad como la única y cierta, neofachas que hablan de Franco sin haber conocido ni padecido sus "25 años de paz", curas pederastas que anatemizan a los adolescentes que se masturban y los amenazan con el infierno impuesto por ellos mismos desde sus confesionarios onanistas, políticos que dan la mano a inmigrantes a los que después desprecian, helicópteros oficiales que cruzan los cielos para acudir a fiestas, jueces que lo juzgan todo para luego caer en la injusticia, desahucios que matan a los de siempre, bancos que enriquecen a los de siempre, independentistas que quieren su reino de taifas, exigencias de dimisión de quien no dimitirá jamás, grabaciones realizadas entre vapores de mariscada en las que afloran cloacas y mierda estatal, rey inviolable que caza elefantes por el placer del marfil cautivo, bombas que se venden para luego donar algún euro lavaconciencias de ayuda para los supervivientes de cualquier bombardeo de "precisión", aeropuertos fantasmas, autovías fantasmas, edificios fantasmas, políticos fantasmas que afantasman la realidad y la convierten en (¿lo he dicho?) perplejidad absoluta.
La única verdad es la duda, cierto es (y afirmo esto aún siendo certera contradicción). Dudo pues de todo y todo es duda, hasta la duda es duda y dudo mucho de que todo esto siga y no se vaya al cuerno de una vez, en una marea de chapapote inmundo que me río de Sodoma, la pobre. 
¿Y el meteorito aquel que está siempre orbitando a punto de caer? Pues ahí sigue, sobre nuestras cabezas. Pero no cae. Aún no.


Perplejidad. "Irresolución, confusión, duda de lo que se debe hacer en algo" (D.R.A.E.)

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