lunes, 4 de noviembre de 2013

ANSIA VIVA (O ANSIA PUTA)

Hay una expresión en la Mancha para designar el afán desmedido por algo: "ansia viva" se dice, dicho también, aunque suene un poco fuerte como "ansia puta". Esta expresión no es exactamente como diría el DRAE : "Congoja o fatiga que causa en el cuerpo inquietud o agitación violenta", aunque algo (mucho) de esto tiene. Aquí, el ansia señala y califica a la persona que lo quiere todo, que no tiene medida en su afán recolector, que hace de la avaricia su seña de identidad, que no tiene (como se dice también por aquí) hartura y que no la tendrá jamás, por más que se infle como globo aerostático.
Al "ansia" (se convierte aquí el sustantivo en calificativo) le pillan varios pecados capitales: la avaricia, la envidia, la gula (si es que le da por la comida, claro), la lujuria (si es que le da por el sexo),  la soberbia, la ira... y, de regalo, la usura. 
El ansia viva está cada vez más presente en esta sociedad nuestra llamada de la comunicación. Y está presente de una manera alarmante, absolutamente letal: ansia viva es la de las multinacionales; ansia viva la de los bancos; ansia viva la de los políticos; ansia viva la de las cadenas televisivas; ansia viva la de las empresas... y así hasta decir basta. Nadie se conforma con lo que tiene.Todos queremos más. Unos más que otros. Unos muchísimo más que otros. Unos que jamás se conformarán con lo que tienen: siempre querrán más y más. No es suficiente, nunca será suficiente. 
La política neoliberal es el gran dios a quien ofrecer los sacrificios necesarios para mantener este estado de cosas: el "sólo yo y a los demás que les den"; el "todo para mí"; el "quiero más y más y más"... 
¿Quién cree que un sistema basado en el crecimiento infinito puede sostenerse en el tiempo? Supongo que ellos, los ansias, los "triunfadores", los hombres de negro, pero negro-negrísimo. A ellos jamás les bastará, nunca. Gargantúas que todo lo tragan para defecar luego heces sociales como "victimas colaterales inevitables", llamados también desechos sociales, parados, sin techo, lumpen, desgraciados varios ¡pobrinos!
Estamos en plena era de "ansias vivas", sus apetitos son voraces; sus éticas, inexistentes; sus escrúpulos mera literatura de ficción; sus ansias, ansias putas. Los demás somos carne, cuando no carnaza. Leña para alimentar las inmensas cocinas neoliberales, llenas de cocineros con tridentes. Ya se sabe: hay que alimentar, hasta la náusea, los enormes estómagos ansiosos, implacables, insaciables. Siempre. Ansia viva. Ansia puta.

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