Sabido es que Sócrates no dejó escrito alguno, pues suponía que la escritura no es medio adecuado para la búsqueda de la verdad y por ende para su transmisión. Él (Sócrates) utilizaba el diálogo como forma de conocimiento y la mayéutica como forma de educación y aprendizaje supremo; es decir: usaba las preguntas y los razonamientos para plantear cuestiones que, tras profunda discusión, afloraban las verdades que cada cual lleva dentro de sí, aun sin sospecharlo, como una semilla.
Platón, discípulo del anterior, dejó, éste sí, escritos en los que transmitió las enseñanzas de su maestro y las propias, y lo hizo usando la forma genérica de "Diálogos". El conocimiento era para Platón "el DIÁLOGO que el alma mantiene consigo misma".
Como siempre, los antiguos lo inventaron todo y todo es ya repetición, aunque ésta sea variación de la variación. Según Sócrates, no se podía enseñar algo a alguien si éste creía saber ese algo ya; la cuestión esencial para llegar al conocimiento es la aceptación del desconocimiento. Por otra parte, el verdadero ignorante desconoce que lo es, alardea de sabio y cultiva el engaño en lugar de la honestidad, cualidad ésta del verdadero/a hombre/mujer sabio/a.
Señalar, aunque sea de sobra conocido, el hecho de que Sócrates acabó como acabó: obligado a tomar cicuta. Su pecado: ser hombre honrado, consecuente y sabio.
Me pregunto (y sé que la pregunta es obvia) cuántos de nuestros políticos creen de verdad en el diálogo, cuántos se creen en el desconocimiento antecesor a la verdadera sabiduría; cuántos ignoran que son profundos ignorantes y por lo tanto prepotentes, viciosos, deshonestos y corruptos.
El diálogo como forma de conocimiento. como pilar fundamental de la Democracia, es algo cada vez más raro, aunque no lo sean las continuas apelaciones que todos hacen hacia él, pero... ¿cuántos, de verdad, quieren llegar a él, cuántos quieren la luz que los pueda iluminar?
El entendimiento entre opuestos es un medio de conocimiento, pues nadie (ni siquiera Sócrates) tiene la verdad absoluta, ésa que algunos pretenden llevar como recurso último y único para la salvación suprema.
Tampoco esto, quizá, sea verdad. Olvidad todo lo que habéis leído y pensad por vosotros mismos.