miércoles, 25 de noviembre de 2015

SMOKE GETS IN YOUR EYES O UNA REVISIÓN DE THE PLATTERS

Muchas cosas están pasando y ninguna  buena. Innecesario repetir aquí lo de la amenaza terrorista global y lo de la hipotética (hay quien dice que cierta) tercera guerra mundial que ya está en ciernes, cuando no activa; guerra no convencional (al menos en el sentido hasta ahora vigente), pero guerra al fin y al cabo: hay muertos, hay terror, hay desinformación, hay injusticias, hay muertos inocentes, hay gente que se enriquece con la desgracia ajena, hay destrucción, hay dolor innecesario, hay miedo, hay impotencia, hay desolación, hay intereses espurios, hay llamadas al fanatismo, a la religión de dioses vengadores... lo de siempre desde las cruzadas y más atrás, vaya.
Todo nos afecta, todo nos puede herir, todo nos sacude, aunque estemos cómodamente sentados en nuestro sofá y nos creamos a salvo de las salvas.
Mientras, sumidos en un proceso de elecciones generales, todo el  humo de las bombas y de los telediarios, acude hasta nosotros como un tsunami que nos impide ver más allá de las noticias y del miedo que creemos ajeno y que, poco a poco, vamos haciendo propio.
El terror no tiene fronteras, como no las tiene el hambre ni la desesperación de miles de personas que son sólo números contemplados desde nuestra occidental atalaya;  números retransmitidos en directo vía satélite, porque la muerte es ya espectáculo que se justifica con la excusa de la "información"; espectáculo que se digiere y se olvida con la misma facilidad que se consume una chuchería o se visiona un anuncio de colonia rodado en algún paraíso oculto por actrices con gesto de orgasmo perpetuo.
Así las cosas, miedo (otra vez el miedo) me da que el humo ciegue nuestros ojos y nos lleve directamente al olvido; al olvido de lo que que hemos perdido en estos cuatro últimos años; al olvido de lo que nos han robado a todos; al olvido de la corrupción y los despropósitos; al olvido de lo que pocos han ganado y muchísimos hemos perdido. A la amnesia, en fin... o lo que es peor, al miedo que nos  imponen los que tienen la única solución, porque todas las demás son (eso nos dicen) descabelladas, inútiles, mero despropósito, infantilismo político o inepcia.
¿Recuerdan a The Platters cantando aquello de Smoke gets in your eyes? (uno tiene ya cierta edad) El humo ciega tus ojos... ¿y los míos, los nuestros, los vuestros, los de todos? ¿Quién los ciega, quién? Que el humo no nos impida ver el bosque (o lo queda de él).


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