España se llena de imputados. España es el paraíso de los imputados; la verdadera marca del país son sus imputados, sus archireputados, sus ilustres, sus excelentísimos imputados.
Maticemos: lo de imputado como sonaba (y suena) fatal, se ha cambiado recientemente por el término "investigado" (ver reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal). Pero para eso tenemos un gobierno que se encarga de hacer leyes ad hoc, y en el tema imputados como les crecen los enanos, pues eso...
Imputado, aparte del chiste fácil que pudiera surgir por la cacofonía final, sonaba radicalmente mal. Imputado significa stricto sensu, "aquella persona a la que se le atribuye participación en un delito", es decir, un imputado ya es sospechoso de participar en un delito, aunque siempre sea presunto, y se le suponga la presunción de inocencia hasta una sentencia firme en sentido condenatorio. Mal, muy mal sonaba aquello. Tanto imputado, tanto presunto, tan implicado, tanto supuesto... no podía ser, había que levantar una cortinilla de humo para tratar (sólo para tratar) que la pestilencia fuera un poco menor. Imputado suponía, según los capitostes de gobierno, una condena adelantada sólo por el hecho de llamarse así; una condena adelantada que atentaba contra el honor(¡¡) del/de la susodicho/a.
Sabida es la importancia de las palabras y muestras tenemos a miles de cómo se intentan manipular, adecuar, ahormar o transferir en significado, contexto o etimología. Todo para maquillar lo evidente, todo para dar un barniz de lustre a la apariencia presunta que no implique al presunto que será, en adelante, eso: presunto, es decir, posible... o no. Un mar de dudas, una inopia, un limbo conceptual.
Ahora, el imputado pasa, en primera fase, a ser investigado, para ser, si persiste la acusación, encausado. Mucho más fino todo, sin duda.
Y digo yo: si alguien es investigado, es que algo habrá hecho o algo se sospecha que habrá hecho o algo se temerá que podrá hacer. Algo malo, si no... ¿para qué diablos lo van a investigar?
Pero bueno, hay que reconocer (presuntamente) que preferiría ser un investigado a ser un imputado, aunque para nada quisiera ser un encausado, y , eso sí, siempre, siempre, presunto, es decir, supuesto. Y suponer, suponer, puedo suponer lo que me de la gana, ¿o no?
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