El nuevo panorama político que se vislumbra después de las últimas elecciones es esclarecedor, aunque parezca lo contrario. Partidos que se creían intocables, inamovibles, han sido tocados de muerte; por otra parte, "políticos" que desde su altura lo gobernaban todo, han salido trasquilados y corren, como ratas huyendo de un barco hundido, hacia otros parajes más cómodos. No soportan estar en la oposición. Ellos no, ¡faltaría más! Antes la muerte o la huida. Que se coman los marrones otros. Yo, sin sueldo ya ni privilegios, me piro y ahí os quedáis. ¿El afán de servicio por el que se supone debo estar aquí? ¿Qué afán? ¿Qué servicio? Yo me presento para ser el número uno; lo demás ni me interesa, ni lo quiero... y me importa una mierda.
Se supone que cuando uno se presenta a unas elecciones es porque quiere estar en política y debe apechugar, sí o sí, con los resultados, sean más o menos adversos. Es como si alguien participara en una carrera con la condición sine qua non de ganarla; si no ¡que me borren de esa lista infame que me puede postrar a puesto segundón o, directamente, al ostracismo de la inopia parlamentaria! No: si participas, lo haces con todas las consecuencias. Eso, naturalmente, si de verdad te interesan tus "ideas" políticas; si de verdad tienes afán de servicio público y quieres luchar por el bienestar de tus paisanos; si de verdad tienes en el coco algo más que no sean intereses espurios, intereses bastardos, intereses arribistas.
Las últimas votaciones han fumigado gran parte del paisaje político español con una ración de insecticida que ha hecho temblar los rincones oscuros de ciertas madrigueras. Ahora es el turno del pacto y del diálogo (ya saben, esa cosa tan rara que implica raciocinio, discusión e ideas). Tener miedo al diálogo es tener miedo a las razones de los otros; tener miedo a estar equivocado y, lo que es peor: es tener miedo a perder las prebendas, las sinecuras, los intereses. Tener miedo al diálogo es propio de insectos necrófagos a los que sólo interesa la carnaza, cuanto más descompuesta, mejor.
Felicidades por el retrato de la POLITCAL PEOPLE SPAIN
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