jueves, 27 de septiembre de 2012

PORNOGRAFÍA DE LA COLA

Hay algo de pornográfico en la cola de las cajas de los hiper (antes supermercados).
Me explico: cuando uno va a pagar pacientemente, debe (claro) sacar del carrito la compra. Allí, sobre la cinta transportadora, se exponen sir rubor los productos comprados, ya sea jamón serrano o preservativos; ya sea un destornillador o un paquete de compresas. Se podría hacer una radiografía del comprador por lo que compra, se podría saber si come bien o regular, si tiene afinidad por las grasas saturadas o por la comida de régimen, si le gustan las chuches o cual es el grado de su actividad sexual, si compra marcas blancas o no... si está o no en otra cola peor: la del paro. Haciendo cola, pensando quizá en cosas insustanciales, se tiene tiempo de observar como por una mirilla la intimidad mostrada al aire. ¿Cómo puede comprarse esa camiseta tan horrorosa...?  ¿Y esa chica comprado braguitas de usar y tirar..? ¡Anda que ése se va a pegar menudo atracón de patatas fritas!
Soy consciente de mostrar un secreto compartido entre la cajera y yo cuando voy a pagar. Así, procuro dejar apresuradamente lo que sea que me lleve, con reparo, con pudor. No vaya a ser que alguien descubra mis pasiones culinarias... o las otras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario