martes, 21 de junio de 2011

UNA PREGUNTA TONTA

¿Cómo es posible que para "facilitar y promover el empleo" se promulguen leyes que facilitan (y mucho) el despido? Esta pregunta tonta, que parece un atentado a la inteligencia, es una pregunta que me hago a menudo. Y creo ser de los pocos que en este país se la hace. Supongo que soy corto de miras y no llego a comprender las razones (enormes, sesudas, macroeconómicas, dificilísimas, supertécnicas, siempre tomadas en aras del "beneficio social" ¡faltaría más!) que han llevado a perpetrar semejante dislate. Mientras me sigo estrujando los sesos, los patrones, como pequeños oligarcas (muchas veces sin rostro definible), siguen estrujando a los de siempre y el paro no cesa de crecer más y más, amparado ahora en una mayor facilidad y baratura: ¡la flexibilidad laboral, vaya!
Todo esto es como si para promover las dietas (siempre en beneficio del ciudadano) nos ofreciesen las cartas de los restaurantes más baratas, más apetecibles y más hipercalóricas y, además con vales descuento por cada plato consumido. Sí, ya: al final, el responsable es el consumidor, que es muy glotón y no sabe mirar por su salud. (en realidad no sabe nada de nada).  Mira que se nos dice: "cuidaros mucho, que el colesterol es muy malito..." pero no hay manera, nosotros con la manía de seguir comiendo. ¡Lo tenemos merecido por glotones!

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