Un escritor loco, en su delirio por fabricar un best seller, le da vueltas al coco y trama un novelón mezclando personajes imposibles, situaciones delirantes y ciencia ficción cotidiana, todo sacado de quicio, en un esperpento que da una vuelta de tuerca al esperpento patrio hasta ahora conocido. Da igual: se trata de vender y la exageración, aunque sea increíble, vende (o eso cree él).
Resumo, en una imposible tarea, el argumento:
Érase una vez en Ciudad Capital de un país Multicolor. Una malvada condesa se aburre en su castillo y decide entrar en el Poder como sea. Para ello pone en marcha una maquinaria diabólica y extiende una red de corrupción que acaba por encumbrarla a la Cima Controladora. Se suceden episodios de espías, escuchas clandestinas, traiciones varias... la corrupción se impone por doquier y hace de su reinado un sistema endógeno que se retroalimenta, generando aliens de corbata y traje provistos de tentáculos asesinos que pillan todo lo que pueden, esparciendo gran pestilencia allá por donde pasan. No obstante, el pueblo llano, convenientemente sometido, ríe las gracias de la dama y sus adláteres y se mantiene ignorante o estupefacto, viendo cómo se empobrece y admitiendo la corrupción como cosa natural que alimenta el sistema en un sinfín de laberintos con puertas giratorias, que hacen imposible el seguimiento de los aliens, amparados éstos por la sonrisa hipócrita de su creadora.
Mientras esto sucede en Ciudad Capital, en el país Multicolor, otra mancha de pestilencia genera súcubos grasientos que trepan por doquier a las oficinas que el Poder Absoluto tiene instaladas y desde allí controlan el dinero y los pensamientos de la masa con sus super poderes. Princesas de sonrisa hierática y mirada de hielo disponen a su antojo, y expulsan a los pobres de sus casas, dejándolos abandonados en caminos y callejuelas inmundas.
La fuerza alcanza el lado oscuro, aunada por el ansia ilimitada del poder, del dinero y de desfachatez más absoluta. Los amiguetes se ceban hasta estallar, mientras una bandada de cuervos asesinos acude a los pudrideros para alimentarse con la desgracia ajena. Los obreros pasan a ser esclavos y dan las gracias por serlo. La policía dispone de robots inteligentes que espían a todo dios, creando bases de datos en los que se refleja fielmente la vida del ciudadano, se le controla y se le somete.
El centro del Poder Absoluto, situado en un palacio cuidado por leones de bronce, se convierte en circo donde actores representan papeles de comedia en unas discusiones interminables y absurdas que sólo llevan al aburrimiento y a la desidia.
Así las cosas, aparece en el horizonte un ejército de pequeños jedis con ganas de comerse el mundo y, de paso, a toda la corrupción existente. Avanzan, parecen imparables... pero ¡ay! alguno roza el poder negro y se corrompe antes de llegar al palacio de los leones...
¡Qué imaginación! ¿Que no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario