miércoles, 18 de marzo de 2015

POBRES HUESOS, POBRE MIGUEL, POBRE CULTURA

Había que encontrar los dichosos huesos... ¿de quién? De Cervantes, claro. Sí o sí. Había que montar otra ver el circo mediático y sacar otra vez el bombo y el platillo... y había que sacarlos ahora, justo ahora, porque estamos en las fechas que estamos. 
Cervantes, el pobre, calla allá donde esté, convertido hace mucho en energía, olvidado ya de sus propios huesos, dejados sus huesos vaya usted a saber dónde. ¡Qué más da!
Cervantes, don Miguel de, calla y sonríe (seguro que sonríe) mirando pasmado a las personas que pululan por su supuesta tumba, enfundadas con mascarillas y armadas con cámaras que buscan entre huesos ignotos los huesos; o debería escribir LOS HUESOS. Lo malo es que todos los huesos se parecen, después de tanto tiempo morando en lo oscuro; lo malo es que la muerte lo  hermana todo y no distingue entre iletrados y genios; lo malo es que la descomposición hace tótum revolútum y no hay ADN con el que comparar los pobres restos de quienes fueron. Da igual. Había que montar el circo y demostrar cuánto nos importa la cultura... tanto, que estamos dispuestos a gastar 100.000 euros o lo que haga falta en buscar los huesecitos. Después, claro, en justa compensación, hay que montar el tinglado de la antigua farsa, colocar los micrófonos y llamar a todo quisque para salir en la foto y en los enlaces de internet, todo, por supuesto, aderezado con las convenientes sonrisas y con los convenientes comentarios de siempre: "hemos hecho un esfuerzo..." "este es un día grande para la cultura española..." "se ha hecho justicia..." etc. etc...
Y la Cultura... ¿qué dice la Cultura? La Cultura calla y se muerde el labio por no destapar la tragedia. La Cultura calla, como casi siempre, y recuerda el día en que don Miguel murió, pobre y solo y a nadie le importó un carajo. La Cultura calla y olvida, como olvidó los huesos ilustres, porque al fin y al cabo, sólo huesos son y nada más que huesos.
Mientras, la Cultura, la pobre, se aburre, se vilipendia, se carga de impuestos, se usa y se arroja al osario común del olvido español. 
España no sabe qué es la Cultura. España sabe de huesos, de muertos, de cementerios. España sabe de muerte, de ruedos, de sangre y de rezos. ¿Qué esperar de un país que pasea por sus calles a un dios muerto, rodeado de clarines, tambores y personas encapuchadas que portan cirios lánguidos. ¡Viva la muerte!

1 comentario:

  1. Como siempre, Teo, genial. La cultura subvencionada, programada, estandarizada. Hoy tocan los huesos de Cervantes. Algún día, lejano, espero. serán los huesos de Teo, el que entre los siglos XX y XXI, fuera un genio de las artes todas.

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