El señor ministro de Hacienda, señor Montoro, afirma con esa sonrisa de iguana, tan suya (siempre me lo pareció así) que en España NO han descendido los salarios, solamente han..."moderado su ascenso". Ya se sabe (o se debería saber): no es igual caer que subir apenas. Eso dice el señor ministro y acto seguido, hace alarde de sus dotes didácticas y amenaza (pero no cumple) con explicar, pizarra en ristre tamaña afirmación. "Para que se entere, señor Lara".
El señor ministro señor Montoro es muy aficionado al tema pedagógico; enseguida quiere explicar a los simples mortales conceptos oscuros como IRPF, desgravación fiscal, IVA y un largo etc. Luego no explica nada, y más vale que no lo haga, pero eso es otra cuestión.
El señor ministro señor Montoro debe vivir, como el resto del Gobierno, en una burbuja no-inmobiliaria, pero tampoco transparente, pero eso sí: de color o de colorines, como se decía en mi infancia (¡qué tiempos!). Yo, como la gran mayoría de ciudadanos de este país debo ser daltónico y ser insensible a esos colores; sólo sé que mi magra nómina no ha hecho sino descender a niveles de antes del cambio de milenio.
Pero no quiero hablar de mí, en absoluto. ¿Por qué no hablar de los funcionarios? ¿Por qué no hablar de tanto minijob (hay que joderse con el nombrecito), de tanto empleo precario, de tanta sumisión indecente? ¿Por qué no hablar de "ESTO ES LO QUE HAY, SI QUIERES LO COGES Y SI NO, PUERTA"? ¿Por qué no hablar de las horas que se trabajan y no se pagan o se pagan muy mal o se pagan en negro? ¿Por qué no hablar, de paso, del miedo instalado, del silencio cómplice que ampara a empresarios infames (esos creadores de riqueza... para ellos)?
¿Pero los salarios (sí, esos cuyo nombre deriva de la sal, que era fuente vida antes de ser mala para las arterias), los salarios... ¡NO BAJAN EN ESPAÑA! Tan solo moderan un poquito su crecimiento, ascienden tímidamente por la rampa difícil del día a día; flotan qual piuma al vento; se vilanizan (bonito neologismo).
Y yo soy Arzobispo de Pamplona y Tudela, afirmo.
Y yo soy Arzobispo de Pamplona y Tudela, afirmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario