-¿Está muy grave, verdad doctor?
-Por supuesto. Gravísimo. Y si no lo está se lo haremos creer, que para eso estamos nosotros. ¡Faltaría más!
-Entonces... ¿habrá que amputar?
-Por supuesto. Amputar. Cortar. Recortar. Podar...
-Vale, vale. Ya le he entendido. Pero... ¡le dolerá mucho!...
-¿Doler? ¡Que va! Si está anestesiado. Completa, totalmente anestesiado. Dopado hasta las trancas.
-Pero dejaremos solo un tronco... ¡el pobre!
-¿Tanto? Venga, aprovechemos los efectos de la anestesia, que a lo peor reacciona en algún momento, aunque lo dudo.
-¡En fin, vamos allá!
-Amputemos pues, señora Filo, amputemos. ¡Bisturí!
-Ay doctor ¡como se despierte! ¡Jesús, María y José!
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