lunes, 8 de enero de 2018

LA SOMBRA DE STENDHAL (COSAS PARA SER FELIZ Nº 7)

Una flauta entona una melodía suave, ondulante, evanescente... le responderán luego las trompas acolchadas por las arpas y los oboes; comenzará una de las  músicas más lujuriosas que se han escrito, una de las más bellas también, de las más etéreas: poesía pura. Estoy hablando del "Preludio para la siesta de un fauno" (Prelude a l'aprés-medi d'un faune) de Claude Debussy. Impresionismo, música del aire, de la luz, de la sensualidad.
Debussy se inspiró en un poema de Mallarmé, poeta francés que recreó un imaginario de ninfas y faunos en un idílico paisaje tan decadente como lo fue el simbolismo o el Art Nouveau.
La música de Debussy supuso en su momento un escándalo a la altura de la Consagración de la Primavera, al ser estrenada como ballet por la compañía de Diáguilev, con coreografía de Nijinsky.
Pero más allá de la historia que nos cuenta, más allá de los decorados, del ballet mismo, la pieza debussyana constituye un hito primordial en la historia de la música en general y de la música moderna en particular. Boulez la consideraba como la primera obra realmente moderna de la música.
Entrar en esta música es una experiencia que nos hace más hermosos, como la luz hace más hermosa a la flor abandonada o a la rama desvalida. Entramos en un paisaje lleno de bochorno estival, de amagos amorosos, de perfumes que vuelan como átomos, dejándonos para siempre una ilusión  de belleza como un claro estigma. Uno siente la caricia del aire y del rijoso fauno convocando con su flauta de pan a las ninfas adormiladas, en el sopor estival de una Grecia imaginada en la que nos embriagamos con el vino agridulce de los dioses. 
Nadie puede salir indemne de esta experiencia; nadie podrá ser igual que antes de escuchar esta música. Entornamos los ojos, nos sumimos en un duermevela y sentimos la piel erizada por el placer que sólo puede proporcionar lo inefable, la vibración de unos sonidos que vienen de una antigüedad tan moderna que produce vértigo.
Recomiendo la versión que Boulez grabara para la CBS hace ya bastantes años y que se reeditó en cd en la serie "Maestro"; grabación que se complementa (nada menos) con La Mer y con Jeux.
Hay otros mundos, sí, y son tan bellos, tan imprescindibles, que uno quisiera vivir en esa Arcadia imaginada para siempre y sentir que todo lo demás es pesadilla impura.




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