martes, 30 de junio de 2015

BREVE Y APRESURADO APUNTE DE VIAJE

Breve y apresurado apunte de viaje, aunque yo no viaje mucho, en parte por mi pereza endémica, en parte por mi pobreza económica. Pero bueno, no voy a contar mi vida. Al grano.
He estado en París unos pocos días. Y digo esto porque me llamó la atención (aunque sea de manera precipitada, un tanto tópica y turística) la infraestructura cultural que la ciudad tiene, su vida cultural, las actuaciones culturales que salen por todos sus poros. 
Es sabido que  Francia siempre ha tenido un complejo de superioridad, reflejado en esa grandeur de la France de la que ya dejaron constancia Charles de Gaulle o Luis XIV. Pero lo cortés no quita lo valiente y hay que reconocer que en materia cultural, los franceses lo hacen muy bien. Ellos demuestran que la Cultura es, aparte de un bien necesario, una industria muy rentable. Es de un enanismo mental lamentable despreciar la Cultura y todo lo relacionado con ella, aunque solo sea (y no es lo más importante) por un mero interés económico. La Cultura es rentable, es una industria que genera ingresos sustanciosos y que, al final, da sello de calidad a un país (a una ciudad en este caso), a sus gentes, a su historia. 
Machacar a la Cultura o (lo que es peor) ignorarla, abandonarla, trae consecuencias económicas (lo digo para esos neoliberales tan de  moda) y, por supuesto, consecuencias empobrecedoras que afectan al espíritu, a la educación y a la ciudadanía.
¡Qué envidia me dio escuchar un concierto sin una sola tos, sin un solo pitido de móvil, sin un solo despliegue de papel de caramelo! ¡Qué envidia ver las librerías repletas de gente! 
Envidia sana ¿eh?  Pero la envidia... ¿puede ser sana? me pregunto mientras me asaltan imágenes impresionistas, cubistas y futuristas, en un tótum revolútum que contemplo ensimismado, algo atontado, avec plaisir, toujours.

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