viernes, 19 de abril de 2013

UN ¿AMOR? ENTRE DOS MUNDOS

Punto de partida: una película reciente que se titula "Un amor entre dos mundos". En ella se plantean dos mundos antagónicos que viven uno a la espalda del otro y son opuestos en todo; aunque estén cercanos, están en las antípodas; uno es la imagen opuesta, inalcanzable del otro. Un mundo en blanco, otro en negro.

¿A dónde iba?: Un político/a tiene muchas obligaciones, pero la más obvia debería ser la de saber en qué estado se encuentra su pueblo, dado que él/ella es representante de Él. Un político/a que vive en la inopia, en su burbuja de color, ajeno/a a lo que de verdad acontece en su país, no es digno de llamarse político/a, porque vive alejado/a a una realidad que (se supone) él/ella ha ayudado a construir, que él/ella está construyendo para (vuelvo a suponer) mejorar la vida de la sociedad y de los ciudadanos que le han colocado en la poltrona.
Vivir de espaldas a una realidad social es, para un/a político/a el más grave de los reproches que se le puede hacer, porque indica ignorancia, prepotencia y desprecio.
Vivir en una realidad paralela, franqueada por campos de golf , canchas de pádel y bolsos de DG es, cuando menos, inmoral y atenta contra el más elemental sentido común.
¿Un amor entre dos mundos? No lo creo (lo del amor, digo; sí lo de los dos mundos).
¿Cómo se pueden oír cosas como las que estamos escuchando últimamente? Verbigracia: "Los votantes del PP son los que pagan las hipotecas" (Cospedal) o "La dación en pago sirve para comprarse otro piso" (Pujalte). Son sólo dos ejemplos, pero no son los únicos, ni mucho menos, ni los más disparatados.
En fin, ellos (los/las políticos/as), a  lo suyo:  a aseverar, siempre. La infalibilidad está con ellos/ellas (con unos más que con otros, claro). Pero nadie se equivoca. Nunca. Jamás.
Mientras, la frontera que separa a los dos mundos se hace más extensa, más opaca... y lo que es más triste: la vemos a lo lejos, sí, pero la vemos ya como una cosa natural, consuetudinaria, inevitable, formando parte de un  paisaje gris...¡tan nuestro, tan suyo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario