Me dicen que debo ser más optimista, que la vida es bella, que en este modesto blog debo poner comentarios más alegres, más positivos, más ligeritos, más optimistas (repito), en fin. La vie en rose.
Bueno, voy a ser buen chico y, haciendo de tripas corazón, voy a poner algún comentario optimista; voy a ponerme en camino por el sendero de ladrillos amarillos. Güay.
Uno: Soria, el ex, ha dimitido antes de coger su sinecura en el Banco Mundial (acojona el nombrecito ¿a que sí?). No me digáis que no es buena noticia. ¿Ha dimitido? o... ¿le hemos dimitido? Cuando digo le hemos, me refiero a la presión mediática, a las redes sociales, a la opinión pública, a la sensatez del pueblo llano. Sí, le hemos dimitido. Pero no apurarse, el ex no pisará las oficinas del paro, no pasará hambre si sufrirá desprotección social de ningún tipo. Tranquis. Ya saldrá otra oportunidad para buscar un huequito donde colocar a este santo y prenderle las posteriores velas.
Dos: Todos los partidos políticos están de acuerdo en modificar los plazos de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, para reducir el tiempo de campaña y que las próximas (¿?) elecciones no caigan el 25 de diciembre (zum, zum, zum...) ¿No es genial? Todos de acuerdo por una vez (y sin que sirva de precedente) para que nos podamos comer el turrón tranquilamente frente al belén tachonado de estrellas de papel de plata. ¿Quién dijo miedo?
Tres: Los mejillones son buenísimos para la salud, amén de ser baratos; una delicatessen al alcance de todos los bolsillos; un alimento rico que democratiza lo óptimo a precio de saldo, que es bueno para el corazón, tiene vitamina B12, proteínas, etc. etc... ¡Vivan los moluscos bivalvos!
Aquí empieza mi recorrido optimista, mi fe en el género humano, que es capaz de lo peor, sí, pero también de lo mejor. ¿Con qué nos quedamos? Nos quedaremos con lo mejor, olvidaremos Auschwitz y los desahucios; olvidaremos los políticos corruptos y mediocres; olvidaremos a Caín y nos quedaremos con Abel. A bel qué pasa (perdón por el chiste fácil). Como diría Bobby McFerrin: Don´t worry be happy. ¿Ok?
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