Con el papel aún caliente (es un decir) os presento mi última criatura: "Alfabeto".
Supongo que habrá quien diga que es una completa inutilidad; supongo que habrá quien diga que en estos tiempos de imágenes virtuales y ebook, estas cosas son un anacronismo. ¿Lo es el objeto hecho a mano, con paciencia de artesano, con cariño, con afán de objeto singular, único?
Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, decía la zarzuela. Y sí, adelantan, aunque aún no hayan solucionado ni la soledad, ni el hambre, ni la corrupción, entre otras muchas cosillas. Las ciencias adelantan, el hombre, me temo que no tanto. Seguimos temblando de miedo, seguimos deseando cosas imposibles, seguimos soñando con el amor (¡vaya cosa!), seguimos emocionándonos escuchando la música aquella que nos recuerda una mano amiga, un atardecer de hace mucho tiempo...
Y aquí estamos, aquí estoy: fabricando objetos únicos, bellamente inútiles. Como una figura surgida al azar en una pared mohosa, como el sonido tranquilo del agua, como la vibración de una cuerda o el eco de una campana...
Unas imágenes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario