Pues bien, lanzamos las campanas al vuelo porque en junio, según los datos estadísticos, se ha reducido el número de parados en este país en más de 98.000, quedando la cifra total rondando los 3.362.000, la más baja en 8 años. Hasta aquí las cifras, muy resumidas, ya que cifras somos y sólo parecemos importar reducidos a ellas, a mera estadística, a diagramas de barras, a porcentajes que visten de colores los sectores circulares de los círculos matemáticos.
Está muy bien que el paro decrezca, por supuesto; otra cosa (y eso no lo dicen las estadísticas) es la calidad del trabajo generado, su duración, la dignidad con la que se trata al trabajador contratado, que acude, las más de las veces, entre desesperado e incrédulo por coger lo que sea.
Creo que España es el único país en el que la gente presenta currículums a la baja, es decir: quitándose méritos y titulaciones. Este fenómeno es muy significativo del "nuevo empleo" que se crea (no todo, por supuesto). Los contratantes no quieren gente demasiado preparada, ni lista, no vaya a ser que le creen problemas; mejor gente con la preparación justita para poner mesas, tirar cañas y sumar alguna consumición. Luego que no vengan exigiendo.
Es curioso (o al menos a mí me lo parece) que cuando en la tele dan la noticia que aquí comento, las imágenes que salen como ilustración, siempre o casi siempre, son de camareros, cocineros y personal de limpieza de hoteles... con absolutamente todo mi respeto y admiración para estas profesiones sufridas, minusvaloradas y ninguneadas. Parece que España es país de servicios relacionados con la hostelería, y que es ésta la única capaz de tirar del carro del empleo, por muy estacional que sea. Antes la gente se iba a Londres o a Berlín a trabajaban limpiando platos, a cambio de la inmersión lingüistica y del desprecio del nativo. Ya no hace falta, tenemos el trabajo aquí. ¿Hay más vida tras las barras de los bares, tras las sábanas de los hoteles, tras las escobas? Probablemente. Habrá que buscarla con aplicación de microscopio y paciencia de científico (profesión, por cierto, que de puro rara, es en España como el lince ibérico: especie en peligro de extinción que debería estar protegida, si no emigra, claro, a Silicon Valley. Por ejemplo).
Mis saludos, mi respeto y mi admiración a todos los camareros de este país que con paciencia infinita aguantan lo que no está escrito por parte de todos: por patrones usureros, por clientes zafios y por niños impertinentes, gritones y malcriados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario