Nos dicen que la crisis ha pasado, que ya estamos en una franca recuperación y que todo va viento en popa a toda vela, gracias a la política austericida y al machaque sistemático de los más débiles. Eso dicen, porque, claro, hay que dar estímulos a los votantes lerdos que se lo piensan tanto...
Así las cosas, y para demostrar que estamos de reputa madre, el gobierno sube el salario mínimo un 1%, es decir, ascenderá en el próximo 2016 a 655,20 eurazos (6,6 euros más que en este 2015), todo un chollo si se compara con el de Eritrea.
Bien, lo de siempre: que sigan pagando los platos rotos los que no tienen vajilla.
Yo me pregunto, desde mi profunda ignorancia, si las personas (porque al final son personas) que deciden estas "subidas", los que deciden estas cifras, los expertos ecónomos, los asesores que de todo saben, se quedan tan panchos tras contemplar desde sus atalayas forradas de euros estas cosas. ¿Cómo dispone alguien que gana miles de euros mensuales semejante racanez para los demás? ¿Cómo sigue repartiendo miseria y no se le remueven las tripas o, directamente, no le da un cólico miserere? Misterios por resolver, minucias en cualquier caso.
Minucias, claro, para ellos; o mejor: minucias, migajas, para los demás, para aquellos que se conforman porque no les queda otra y ya el espíritu reivindicativo está como está, hecho unos zorros, atontado y bien atontado por tanta tele en directo y tanto mensaje sub-anormal o subliminal o vaya usted a saber qué.
¿Cómo se te queda el cuerpo, después de este subidón? Me refiero a ti, amigo, que cobras este pastizal. A ti, hombre de negro que decides sobre el bien y sobre el mal, ni te nombro, porque te importa una mierda. Y además tienes que ir a la revisión de tu Mercedes, que hace mucho que no le sacas brillo a la carrocería, ni le das lustre a los asientos de cuero.
¡No te digo..!
No hay comentarios:
Publicar un comentario