La semana pasada fallecieron Félix Grande y Luis Aragonés. Poeta uno y futbolista el otro. Los dos, únicos en sus respectivas actividades; los dos, grandes en sus oficios.
Lo que me planteo desde aquí es el seguimiento informativo, sobre todo televisivo, que han tenido estos óbitos. Mientras el fallecimiento del futbolista se reseñó hasta la saciedad en todos y cada uno de los telediarios, sin escatimar tiempo ni espacio, el del poeta pasó como de puntillas (eso si pasó, porque alguna cadena ni siquiera lo mencionó).
La televisión puede ser (y lo es) reflejo de un país, aunque no sé muy bien si aquella es reflejo de éste o al contrario: éste lo es de aquella. En cualquier caso, lo que está claro es la importancia que se le da aquí a la Poesía (y por ende a la Cultura) y la importancia que se le da al deporte (perdón: al fútbol). Nada que ver.
Siendo como han sido los dos personajes de quienes hablo, grandes, parece ser que uno (o lo que representa ese uno) merece más la reseña informativa, el Prime Time, que el otro (lo que representa el otro).
No se trata de tú eres más o menos que yo; se trata de apreciar lo cada uno hace y la influencia que cada uno tiene en algo tan importante (eso creo al menos) como la Cultura, que es barómetro fidedigno de la situación espiritual de un país.
Pero eso (la Cultura) quizá sea demasiado pedir en un país ensimismado (o idiotizado) con el balón y los contratos millonarios de estrellas balompédicas. Eso (la Cultura) se hace diariamente, y no usa patadas para crear, ni insultos, ni gritos, ni hooligans, ni alirones, ni vuvucetas... vamos ¡una pena! ¿Cómo se va a comparar un estadio rugiente con un poema? ¿Cómo una chilena con un haiku? ¿Cómo los millones que genera la Roja con las reflexiones que propone Félix Grande?
Y para terminar: ¿Quién lee poesía en este país, estando el Marca? Mariconadas.
Post scríptum: de las noticias de las muertes de Jose Emilio Pacheco, Juan Gelman o de Claudio Abbado (poeta mejicano el primero, poeta argentino el segundo y director de orquesta italiano el tercero), mejor ni hablamos.
Post scríptum: de las noticias de las muertes de Jose Emilio Pacheco, Juan Gelman o de Claudio Abbado (poeta mejicano el primero, poeta argentino el segundo y director de orquesta italiano el tercero), mejor ni hablamos.
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