-Conoce los hechos?
-No me constan.
-Pero usted es compañera suya, él trabajó junto a usted mucho tiempo; compartieron despachos; tuvieron una amplia comunión de ideas, yo diría que de proyectos...
-No me constan.
-Entonces... ¿en realidad no conoce al Fulano?
-No me consta.
-¿Quiere decir que no le consta o que le cuesta reconocerlo?
-No me consta que me conste y me cuesta que me cueste. Es decir: no me acuesto con nadie y apuesto porque no me conste y no constato lo que usted pretende constatar. No me acuesto. No me consta. No constato. No relato. No delato.
-Me consta que usted no es una contestataria.
-No contesto en este contexto.
-¿No sabe, pues, nada de nada?
-No me consta, no me consta, no me consta nada. Porque si me constara, me costaría. Y no quiero que me cueste lo de otros que no constan en mi constancia.
-¿Es consciente de lo que dice?
-No soy inconsciente. Tengo la consciencia necesaria y la conciencia limpia, fija y con esplendor. Lo demás no me consta, aunque a usted cueste creerlo.
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