Últimamente me estoy planteando lo de creer en Dios. Lo digo porque estoy empezando a creer en el diablo y, claro, si crees en el negro, debes creer en el blanco, por aquello de que una cosa siempre tiene su contraria y nada se entendería sin su opuesto. La cara y la cruz; lo húmedo y lo seco; la muerte y la vida; el bien y el mal...
No, si ahora va a resultar que soy creyente, aunque llegue a la fe a base hostias (sin consagrar).
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