Hace poco terminé un curso de inglés (básico) en una de las llamadas "escuelas de adultos". Mi relación con el idioma de la pérfida Albión siempre ha sido distante y nunca tuve hacia él la simpatía que tengo con, por ejemplo, el italiano o el francés. Pero bueno, parece que ya es "obligatorio" conocer al menos los rudimentos del idioma que puede ser el esperanto. Así que me armé de valor e hice el curso (básico).
Dejando aparte lo que se refiere al idioma, la gramática, etc. , este curso me ha servido para aprender otras cosas, quizá más importantes. A saber, entre otras:
-La importancia de la humildad que supone reconocer que no se tiene pajolera idea de algo.
-La importancia que tiene el acto de empezar a estudiar a esta casi provecta edad mía.
-El reconocimiento a la labor de los educadores (yo, modestamente, también lo soy en otras materias) que tratan con adultos.
-El reconocimiento del esfuerzo, como motor nunca bien valorado para lograr el conocimiento y la educación.
-La importancia de las relaciones con los otros. Relaciones como hacía años (muchos) que no tenía: es decir, de pupitre, sintiendo una especie de afinidad entre compañeros que (supongo) me hizo viajar atrás en el tiempo para recordar el olor a tiza y el temor a ser preguntado en público.
-La importancia de la autoestima, que te hace querer ser mejor, no respecto a los demás, sino respecto a ti mismo... etc.
Decir, para terminar, que mi oído no está muy afinado para el citado idioma y que esto es como estudiar piano: cuanto antes empieces, más probabilidades tendrás de ser un buen concertista. De momento, me conformo con tocar con dos dedos el "Happy Birthday..."
Decir, también, que el próximo curso no habrá ya clases de inglés (estas clases de inglés) porque los recortes también han llegado aquí. Se recorta otra vez el chocolate del loro (parrot chocolate). OF COURSE!!!
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