viernes, 30 de agosto de 2013

QUE PAREZCA UN ACCIDENTE O LA INOCENCIA DE UN JUEZ

-El presunto delincuente afirma haber sacado de un ordenador datos que comprometen a sus jefes (ex jefes ya); estos datos son importantes, pues demostrarían que dice la verdad y que él (el delincuente presunto) obró con aquiescencia, beneplácito y bendiciones. 
-El Juez que juzga al presunto pide a los jefes de éste que entreguen el susodicho  ordenata para ver si, en efecto, en él (en el ordenata) se encuentran los datos dichos y afirmados por el delincuente (presunto).
-El Juez da un plazo para la entrega del aparato, apremiando y pidiendo decir la verdad y actuar con arreglo a la Justicia (demasiadas cosas).
-Se entrega el aparato que, entre pitos y flautas, lleva meses de despacho en despacho, encerrando (se supone) en sus entrañas digitales valiosa información corrupta.
-Ante grandes medidas precautorias y expectación mediática, se abre en los juzgados el PC y se examina el continente y el contenido.
-¡Sorpresa! En el aparato no hay nada: todo ha sido convenientemente borrado, la información reducida a erial y las pistas de los discos duros aradas a conciencia. Uno de los ordenadores (pues hay varios) ni siquiera tiene disco duro (ni blando).
-¿Alguien se ha extrañado de lo sucedido? ¿Alguien es tan inocente como para creer que habría algo comprometedor en los discos? ¿Alguien puede creer (y usted también, señor Juez) que nadie movería un dedo para eliminar lo que diablos hubiese allí dentro (en el aparato)?
-En algún oscuro despacho, un trajeado informático de corbata azul tiene el dedo índice hiperdesarrollado de tanto darle a la tecla Supr, de tanto usar el verbo delete o erase... ¡que hay que aprender inglés, oiga, para eliminar mejor!
-Y todo sigue cono si nada, borrándose poco a poco...

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