sábado, 16 de junio de 2012

CRÓNICAS MARCIANAS (UNA PELI FANTÁSTICA DE MUCHO MIEDO)

El pasado 6 de junio murió Ray Bradbury, escritor por el que un servidor guarda la devoción de un prosélito. Bradbury humanizó a los extraterrestres y creó mundos lejanos muy cercanos al nuestro. Lo raro no lo es tanto: todos llevamos un extraterrestre dentro que piensa y siente como cualquier terráqueo. Las "Crónicas marcianas" de Ray Bradbury fueron un hito en la literatura de ficción; yo diría que hasta en la poesía.
Dicho esto, tengo que afirmar que me siento cada vez más marciano en un planeta extraño, un planeta llamado España; un planeta al que llamaré Extraña. Un planeta menguante que está mutando sus condiciones ambientales para crear una nueva raza a la que me siento completamente ajeno: los trepax-neoliberales. Criaturas infames que sorben todo lo que huela a beneficio, los trepax tienen enormes espiritrompas que introducen en los cerebros y que les sirven para dejarlos hueros como nueces sin fruto o como vivienda expropiada. Los trepax-neoliberales se reproducen con la misma rapidez que aumentan sus beneficios, poniendo huevos sobre la necesidad y la miseria de la población; pronto nacen larvas verdes que maduran por decreto-ley, aún en condiciones adversas de manifestaciones y huelgas.
En fin, unos perfectos aliens que desarrollan en la Bolsa gruesos caparazones con forma de traje de Armani y se alimentan con primas de riesgo. Letales máquinas a los que nada importa, los trepax están implantando su religión, su dios, único y (supuestamente) verdadero: el Dinero. Su templo: cualquier paraíso (fiscal); su fin: la total erradicación de vida digna; su corazón: no lo tienen, por eso resulta tan difícil eliminarlos.

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