miércoles, 22 de junio de 2016

UN TRABAJO DE MIERDA

Siempre me he preguntado qué nos mueve a los poetas para seguir en la brecha: es decir, para seguir escribiendo, para seguir creando (o intentarlo al menos) poesía. No es por dinero (al contrario), no es por fama, no es por poder... es (y en esto coinciden mis amigos poetas) por ego. Así de sencillo. Se explica que aguantemos carros y carretas, gastos, críticas, sinsabores varios... en un carrera que no sabemos a dónde va (si es que va  a alguna parte, que lo dudo). Luchamos contra los elementos, contra la sociedad, contra los políticos, contra nuestros propios colegas, contra las editoriales, contra las reseñas en publicaciones que se resisten siempre a salir (¡oh desgracia!), contra la precariedad cultural y contra el país todo. Nos mantiene el ego, como una bestia autosuficiente.
¿Qué es un poeta? Un ser patético en muchas ocasiones; un ser que pretende buscar la verdad preguntando siempre sin dar nunca una respuesta; un ser que vive de la vanidad porque cree ver lo que los demás no ven; un ser peripatético (entiéndase de quien da vueltas alrededor de algo haciendo preguntas sin encontrar respuesta). Quizá Platón tenía razón cuando renegó de poetas, tachándolos de seres que utilizan los sentimientos y las emociones para alejarse de la realidad, creando mundos ficticios que son imitación de la imitación y por lo tanto, falsos, pura apariencia. Esto lo dijo Platón, que conste.
Bueno, un trabajo de mierda, se podría decir. Como esos de los que tan ufanamente se regodean los políticos en haber conseguido: más trabajo, menos salario, menos derechos, menos vacaciones, más precariedad en todos los aspectos: hacer de un trabajo de los de antes, tres o veinte, como quien reparte la miseria de un mendrugo de pan. Un retroceso de cojones en lo laboral, en lo social, en lo económico, en lo personal. Pero se me va la olla y me pierdo otra vez por las curvas y las transversales. 
¿Un trabajo de mierda? ¿Unos trabajos de mierda? ¿Por qué será que uno siempre tiende a la escatología como medio de desahogo? El rey Midas todo lo transformaba en oro con su tacto; ahora todo lo transforman en mierda, inundados como estamos en estercoleros, cementerios de neumáticos, tarjetas negras, cuentas opacas, consultores interesados, políticos corruptos, calificaciones incalificables de suelo, ladrillazos varios, pelotazos, codicia sin fin... ¡ Oh Midas!
¿Para qué, por qué? 
Nada, que sigo haciendo preguntas y sigo sin dar respuestas. Debe ser que soy poeta ¡Qué razón tenías Platón! Menuda mierda.

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