miércoles, 24 de diciembre de 2014

LA UTILIDAD DE LO INÚTIL O UN LIBRO QUE LOS POLÍTICOS DEBERÍAN LEER (SI ES QUE SABEN)

La literatura, entre otras bondades, corrobora a veces lo que pensamos, dándonos ánimo en nuestras creencias, al ver que lo que siempre hemos pensado, lo que siempre hemos creído, resulta que sí, que era cierto, y alguien, en algún, piensa/pensaba como nosotros y, lo que es mejor, lo llevó a la letra impresa, haciendo de su tesis un hermanamiento por encima de fronteras, nacionalidades y lenguas.
Eso me ha pasado con un libro que recomiendo desde aquí sin reservas: La utilidad de lo inútil, del profesor y filósofo italiano Nuccio Ordine, publicado por la editorial Acantilado.
Siempre he dicho que me dedico a la "industria inútil", entendida ésta como todo lo relacionado con el Arte y, por extensión, con la Cultura.
Nuccio Ordine, en su ensayo, mantiene y defiende la utilidad de lo inútil a través de múltiples citas de estudiosos, filósofos y literatos, desde Ovidio a Italo Calvino (por citar solamente dos extremos en el tiempo).
La utilidad de lo inútil, demuestra que lo primero en ser recortado en esta crisis, es, paradojicamente, lo más necesario, pues es la Cultura lo que da sentido a un pueblo, lo que le dota de identidad propia, lo que le enriquece y le hace más humano, lo que, en definitiva, le separa de otras especies vivas y le da entidad divina (si es que un ateo puede hablar de soplo divino).
El enanismo mental de nuestros dirigentes promueve y ampara constantemente un empobrecimiento sistemático, una especie de holocausto espiritual que arrasa con todo y que está sembrando de pobreza estética y ética todo lo que pilla con su apisonadora lamentable.
Un pueblo sin Cultura, sin Arte, es un pueblo dócil, adocenado, aburrado, sometido a dictámenes estultos, a mensajes aborregantes que hacen de la violencia y la masificación, gestos cotidianos; que hacen con lo fácil arribismo, con la inercia acomodaticia, tabula rasa, con el impulso consumista, vacío existencial.
No es  nueva esta situación, aunque ahora es más grave, por la facilidad con que se extiende la mentira, apoyada en medios comunicativos que no comunican nada, sino que apabullan y machacan.
Termino con unas frases que pronunció Víctor Hugo el 10 de noviembre de 1848, pero que podrían haber sido dichas ayer, hoy mismo:
"...las reducciones propuestas en el presupuesto especial de las ciencias, las letras y las artes son doblemente perversas. son insuficientes desde el punto de vista financiero y nocivas desde  todos los demás puntos de vista..."
Y prosigue:
"¿Qué momento se elige para poner en cuestión todas estas instituciones a la vez? El momento en que son más necesarias que nunca, el momento en que en vez de reducirlas, habría que expandirlas y ampliarlas".
Para terminar, Hugo afirmaba:
"¿Cuál es el gran peligro de la situación actual? La ignorancia. La ignorancia aún más que la miseria..."
Recuerdo que estas palabras están dichas en 1848, en la Asamblea Constituyente francesa, frente a la propuesta hecha por los ministros de turno de querer recortar la financiación de la Cultura...
Saber del pasado, una vez más, nos enseña sobre nuestro presente. ¡Y de qué manera!

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