martes, 26 de marzo de 2013

CRIATURICA

En el pasillo de un hospital, mientras espero la llamada de la enfermera.
Aparecen los papás con la niña (apenas un año).
Sí, ya sé que tengo fama de no gustarme los niños. No es así: no me gustan los padres de los niños.
En fin, a lo que iba: el papá, de rigoroso chandal atlético y discreto piercing en la oreja, pasea a la niña mientras le pregunta multitud de tonterías, tipo "¿cómo tose mi niña?, ¿cómo pedorrea mi niña? ¿cómo se ríe mi niña?... etc. etc.  La mamá, mientras, mira orgullosa como el papá de riguroso chandal se hace varios largos de pasillo arrastrando a la niña. El papá, al fin, parece cansarse y aloja a la niña cerca de un servidor, mientras la madre solícita se descojona de risa (!!!) No sé por qué cojones se ríe la mamá, ni por qué el papá hace muecas sin sentido tratando de llamar la atención de la niña que (criaturica) sólo atiende a un servidor, acercando sus manitas como tratando de decirme algo (no sé qué, la verdad). La mamá insiste: "no molestes al señor" o "cinco lobitos..." No aparecen lobos por el pasillo, por desgracia.  A todo esto el papá insiste en las risas y en recordar a la mamá la visita próxima de su madre (es decir, suegra) y "¿qué vas a cocinar?, ya sabes que a mi madre no le gastan las verduras". La niña ríe o gruñe o llora (no sé muy bien). La mamá amenaza. El papá se descojona. Yo, que trato de leer algo, disimulo indiferencia, pero no. Imposible. La niña arrecia y el pasillo es muy,  muy largo. Ninguna enfermera en lontananza. Sólo gritos y susurros. Y la niña erre que erre, dale molino. Criaturica.

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