martes, 22 de mayo de 2012

NO, SI AL FINAL ES QUE SOY GILIPOLLAS

Soy un tipo vergonzoso, se podría decir que soy incluso un poco pusilánime ¡qué le vamos a hacer! Soy tan vergonzoso que siento muchísimas veces lo que se llama vergüenza ajena, es decir: me ruborizo por ciertas cosas que hacen otras personas. Así es. Por eso últimamente mi cara es una amapola permanente (perdonen el pareado). ¿Cómo permanecer impasible ante tanto dislate (de todo orden) que inunda los telediarios, la prensa, la vida misma?.. ¿Cómo permanecer con cara de palo mientras  se cometen tantas barbaridades ante el beneplácito general, ante el beneplácito de los poderes públicos (de todos), ante el beneplácito de representantes políticos o instituciones de todo pelaje y condición? ¿Cómo poder ser insensible ante tanto disparate, ante tanta injusticia? ¿O es que yo soy más sensible que los demás? ¿O es que yo soy, sencillamente, más gilipollas? Pues sí, va a ser eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario