viernes, 7 de agosto de 2015

WERT O EL JARRÓN Y LA FLOR

Según sucesivas y pasadas encuestas, el ex Wert era el ministro peor valorado del gobierno ¡que ya es decir!; así, por ejemplo, según encuesta del CIS, en enero de este año Wert obtuvo una valoración de 1,36, la peor de todos los ministros, es decir, un suspenso en toda regla; esta nota empeoró en una décima la anterior de julio de 2014. Ningún ministro consiguió una nota tan baja desde que el CIS empezara con este tipo de barómetros, en 1994. 
Wert puede presumir de haber sido como Othar, el caballo de Atila. Sus decisiones y sus frases le hicieron tristemente célebre y la Educación y la Cultura, de las que era ministro, se han resentido hasta límites tristísimos. Aguantó desplantes, abucheos, pitadas y críticas mil, pero él siguió impávido, como un Don Tancredo, impasible el ademán, cariátide de mármol que no pestañea nunca y que pareciera no tener sangre en las venas. Aguantó hasta que se fue (no le echaron ¿eh?) por razones personales (¿qué otras razones si no?) 
Sé firme, Wert, aguanta, que ya te llegará la recompensa. Tú haz el trabajo sucio, recibe las bofetadas, que ya te reirás luego... y quien ríe el último...
Y sí, rio el último ¡y de qué manera! Como recompensa a su desastre de gestión y a su larga trayectoria de desmanes e impopularidad, el señor Wert está ahora tan ricamente, de ministro español en la OCDE, en su pisito de 500 metros, en París, con su sueldito de 10.000 euros mensuales más gastos y personal a su servicio. Una sinecura en toda regla, de libro, de manual.
Porque... a ver ¿qué es la OCDE, para qué sirve? Pues es una Organización que agrupa a 34 países y tiene como misión "promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo" (sic)  Ahí queda eso. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos "mide la productividad y el flujo global del comercio e inversión; analiza y compara datos para realizar pronósticos y tendencias"... etc. etc. Entre sus valores, en el apartado vanguardista, expone: "Identificamos y tratamos desafíos a largo plazo" Estupefacto me quedo ante la ambigüedad , la indefinición y la niebla conceptual. Qué sesudas decisiones toma y sobre todo... ¿sirven para algo? 
Pero yo soy un iletrado y claro, no puedo comprender la catarata de frases huecas e infladas que justifican una Organización más o menos bien intencionada pero lastrada por una burocracia inútil, unos gastos tremendos y una infraestructura megalomaníaca. Pareciera un florero hecho a la medida del señor embajador Wert. Alguien que no se sabe qué hace, en un lugar que no se sabe para qué sirve. Pero eso sí, carísimos de mantener, ambos dos: el jarrón y la flor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario