domingo, 29 de abril de 2012

LO POLÍTICAMENTE CORRECTO O LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE

Oigo con estupefacción los discursos de los políticos. ¿Discursos? Bueno, si atendemos al diccionario ("serie de las palabras y frases empleadas para manifestar lo que se piensa o siente") no serían EXACTAMENTE discursos. Porque... ¿manifiestan lo que sienten o piensan? ¿Realmente los políticos sienten lo que dicen o piensan lo que dicen?  El político está pervirtiendo la palabra, se diría que el político es un literato que juega con las palabras para contar una historia, para decir lo contrario a lo que piensa de modo que parezca que el mensaje son sus palabras (y sólo sus palabras) y no lo que encierran detrás. Es decir: el político juega con muñecas rusas, enseñando solo la primera, pero sin mostrar nunca la que se esconde dentro. 
El lenguaje debería servir para transmitir ideas, como medio de comunicación básico, primordial (y más cuando se trata de llegar claramente a una inmensa cantidad de gente que te ha puesto ahí, donde estás). Pero no: hay que hablar, sí; pero hablar no quiere decir transmitir la verdad. Se usa la palabra como arma (siempre se ha usado) y como bisturí que corta la verdad en finas lonchas que se sirven separadamente para deconstruir el mensaje y hacerlo ambiguo, poliédrico: algo así como si en un restaurante te sirvieran una tortilla con los huevos por un lado, la cebolla por otro y las patatas por otro. Yo creía que eso era misión de los poetas, pero no, ahora resulta que es de los políticos. En fin, usemos todos la metáfora, lo juegos de palabras, la inversión del sentido, el juego de los espejos, lo "correcto" (entiéndase lo que suena bien). 
Así:
Ya no son recortes los recortes, ahora es flexibilidad. Ya no es despido libre el despido libre, ahora no se renueva el contrato. Ya no es subida de impuestos la subida de impuestos, ahora es una reordenación. Ya no hay saturación en las aulas,  ahora se favorece la relación social. Ya no es privatización de servicios cualquier privatización, ahora es optimización de recursos. Ya no se dicta una amnistía fiscal a los defraudadores, ahora se regulariza el dinero negro. Ya no es manifestarse en las calles, cualquier manifestación legítima, ahora es tener irresponsabilidad cívica. Ya no se es sindicalista, ahora se es una reliquia obsoleta. Ya no se trata de copagar la sanidad (o cualquier servicio público), ahora se trata de contribuir progresivamente al gasto social. No se ha hecho una reforma laboral, se ha modernizado la legislación.Ya no es parado el parado, ahora es un parásito sospechoso de holgazanería... ¿sigo?

1 comentario:

  1. estoy contigo en la mayoría de lo que dices, pero no hay que olvidarse de una cosa muy IMPORTANTE de donde parte esta situación ??? en la que nos encontramos, y ahora si que no podemos seguir mintiendo como hasta ahora se ha hecho, al menos es mi humilde opinión.-

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