jueves, 23 de febrero de 2012

AQUÍ EL ENEMIGO (HOMENAJE A GILA)

Hola, soy el enemigo. Bueno, soy lo que usted llama el enemigo y le llamo porque me aburro en la cola del paro y me he dicho: "bueno, pues voy ahora y charlo un ratito con este señor tan amable..." Pues, como le decía, señor Jefe de Policía (y perdone el pareado fácil) aquí, haciendo cola, el tiempo parece que se para, pero resulta que no, que no se para; sólo que corre muy, muy despacio. Porque el tiempo no se para... ¿o sí? A lo mejor el tiempo se paró hace mucho y estamos viviendo lo que creíamos extinto para siempre... No, si ya me lo dice mi vecino, que es profesor de no sé qué: que todo se repite en un bucle, como si fuera una broma pesada.
Pero, en fin, yo no sé si todo es repetición o mala leche. Lo que sé es que usted está ahí, cobrando gracias a los impuestos que yo y tantos como yo pagamos puntualmente y yo estoy aquí, molido por los golpes que usted mandó que me dieran (no a mí, concretamente, ya me entiende...)
¿El enemigo? Pues mire hasta ahora creía ser un ciudadano más que trata de sobrevivir reclamando unos derechos básicos que no sé quién me ha escamoteado (a lo mejor usted sabe algo). Hasta ahora, ya le digo... a partir de ahora me tendré que replantear quién está enfrente y quién detrás (es decir, quién está en la trinchera y quién bombardea). No sé (ya le digo que yo no sé casi nada). A lo mejor, a partir de ahora, tengo que cuidar mis espaldas (por lo de la secreta, ya sabe). A lo mejor soy el enemigo, sin darme cuenta. O a lo mejor resulta que usted el enemigo (y eso sí que lo sabe).
En fin, le dejo, seguro que estará muy ocupado tratando de desalojar a ocupas y a estudiantes. ¿Menuda chusma, eh?

No hay comentarios:

Publicar un comentario