miércoles, 30 de agosto de 2017

EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS DE FÁTIMA O CÓMO COMPRENDER LA TEORÍA DE ALBERTO (EINSTEIN)

La vida es un continuo misterio que se va desarrollando frente a nuestros ojos asombrados, una sucesión de hechos inexplicables (o al menos extraños)... hechos, fenómenos, ecuaciones que arrojan incógnitas sin resolver las más de las veces, dejándonos sumidos en la duda y/o en la ignorancia. Así seguimos sin comprender muy bien este artefacto llamado vida, atado a tantas cosas que nos hacen y nos deshacen con paciencia y exactitud de relojero suizo.
Uno de los grandes misterios existenciales es el concepto de relatividad (tan abstracto, tan lejano), que ha sido confín de frikis, matemáticos y físicos teóricos. Para entenderlo un poco, hay que asimilar que existe una cuarta dimensión, cosa no tan fácil, acostumbrados como estamos a un mundo euclidiano bi/tridimensional.
Pero resulta que la cuarta dimensión existe y que se llama tiempo y resulta que el tiempo es condicionado a su vez por la masa y la gravedad, lo que nos mete en un follón de espacios curvos, agujeros de gusano y tiempos variables, condicionados  a la velocidad. Todo este galimatías (que apenas apunto) ha sido usado desde la ciencia ficción más delirante a la astrofísica más seria, y nos insta a comprender los mundos paralelos, las otras realidades posibles y los tiempos relativos.
Para demostrar todo esto de manera tan eficaz como sencilla, baste señalar a las personas que actualmente viven en una de las muchas realidades paralelas que inundan la cotidianidad con autopistas temporales y dimensiones imposibles. Pongamos, por ejemplo, que hablamos de Fátima Báñez, la ministra de trabajo, persona casi perdida en su burbuja de ficción paralela que desmiente toda razón y que construye sus jardines colgantes con mano de obra precaria en jornadas clandestinas de destajo a salario "cuasi mil eurista" (casi, porque ¡hay! no llegamos, no).
Sólo instalada en una realidad paralela, en la ficción absoluta, en la ignorancia supina o en la desfachatez descarada, se puede afirmar que "el empleo que llega es de mayor calidad que el que se fue con la crisis" o que "la recuperación económica es sana, sólida y social", o que "se ha logrado una recuperación sin dejar a nadie atrás!!!";  todo esto englobado en una "primavera económica" que es lo más parecido al camino de baldosas amarillas del Mago de Oz, incluido paisaje colorista, florecillas chillonas y otras yerbas alucinógenas.
Lo dicho. ¿Cuarta dimensión? Para quienes la quieran comprender, déjense de fórmulas, diagramas y ecuaciones: escuchen atentamente a la ministra; ella sí que sabe de dimensiones imposibles, de ciencia ficción y de política social (de paso).

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