miércoles, 27 de julio de 2011

EL ORDEN DE LOS FACTORES

En la cárcel y con miedo. Ahí estamos. Este estado "de bienestar" está sostenido por miles de trabajadores que, aún estando en condiciones lamentables de precariedad y malpago, siguen dando, día tras día, gracias por tener trabajo. Miles de trabajadores que acuden al tajo con el miedo de ser el último día que acuden ahí. No importa que sus sueldos apenas lleguen (si es que llegan) a los 1000 euros; no importa que se hagan jornadas con horarios esclavistas; no importa que no haya revisiones salariales dignas, ni convenios colectivos que se respeten, ni derechos sindicales estables. No importa. Se tiene trabajo. Demos gracias a Dios y al Santo Patrono que nos permite llegar a fin de mes ahogados, sí, pero vivos. Demos gracias porque son los otros (y no yo) quienes están en las colas del paro. ¡Vagos más que vagos! Cierto que trabajar, a veces, sale muy caro, pero ya, lo que cuenta es el trabajo en sí mismo, como valor único. Lo que nos den por él da igual: tenemos trabajo y basta. Y cuidado con lo que se dice, no vaya a ser que se piensen que no queremos trabajar... ¡hasta ahí podríamos llegar!
¿He dicho antes estado de bienestar? ¿No debería haber dicho de estar bien? ¿O es que no es lo mismo? A veces, el orden de los factores sí altera el producto. Pues eso.

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